martes, 21 de enero de 2014

Los Reyes Católicos I: Castilla para Isabel (Jean Plaidy)




¿De qué trata?

Sobre la infancia y juventud de Isabel de Castilla, a quien desde muy joven prometieron con Fernando de Aragón, compromiso que ella defenderá con uñas y dientes aún sin conocerlo, ya que la situación política de Castilla cambiaba conforme pasaban los años y su padre el Rey intentó casarla en múltiples ocasiones según sus necesidades militares. La novela nos da un muy interesante panorama de la situación en Castilla y en Aragón en el avanzado 1400, siguiendo de cerca la juventud de dos personajes muy peculiares, Isabel y Fernando, que dirigirán a su debido tiempo de forma tan importante la historia del futuro país español y el impacto social que esto significará: la transformación del mundo. 


¿Recomiendo?

Muchísimo. La lectura es digerible y avanza solita. Los datos históricos proporcionados son del todo interesantes y uno entiende de bien a bien qué significaba para Isabel el ser católica. Por qué tomará en un futuro las crueles decisiones que tomó (la expulsión de los moros y judíos, situación que provocó en España un gran retroceso médico, administrativo, financiero y académico, entre otros) y la creación de una de las instituciones más diabólicas que jamás hayan existido en pro de la defensa de la fe cristiana: la Santa Inquisición.


¿Cuándo leerlo?

Cuando se quiera conocer a fondo la historia en torno al 1400 de los reinos que posteriormente conformarán España: Castilla, Aragón y León, por mencionar algunos importantes. Su desarrollo político-militar y el fuerte impacto que tuvieron tales acciones en el resto de Europa, desde su afortunado descubrimiento de América (pues Fernando e Isabel financiaron el viaje de Colón, arriesgando prestigio y fortuna) hasta la expulsión de musulmanes y judíos. Una lectura sumamente agradable como lo son todas las novelas históricas de Jean Plaidy, altamente sustentadas de investigación.


¿De qué sirve leerlo?

Para conocer cuál era la importancia del matrimonio del reino de Aragón, con Fernando, y el de Castilla, con Isabel, pues sólo una España unificada podría expulsar del territorio a los reinos musulmanes, asentados al sur en bellísimas ciudades como Córdoba, Sevilla, Granada y Toledo. El entorno familiar, la corte, los pensamientos, las conveniencias políticas, la alta y estricta religiosidad tanto en la corte de Aragón como en la de Castilla, no fueron nada fáciles para Fernando ni Isabel, que en su juventud lucharon para poder estar juntos, aún sin conocerse, pues los planes de ambos sólo podrían conseguirse en una España enteramente católica, no importando el precio.   





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